ANTÁRTIDA - EXPLORACIÓN - EXPEDICIONES: Robert Falcon Scott 1911 - 2ª parte

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Antártida

EXPLORACIÓN - EXPEDICIONES

Robert Falcon Scott 1911 - 2ª parte

(Carrera por la conquista del Polo Sur)


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letra capitular El 24 de enero se inició una expedición preliminar de dos meses con objeto de establecer depósitos de apoyo al gran viaje al Polo. La primera parte de ese viaje debía realizarse en la meseta de la Gran Barrera de Hielo. La distancia desde los cuarteles de invierno de cabo Evans hasta el pie del ventisquero de Beardmore, evitando los rodeos, era de 750 km. Seguiría después una subida de 2.500 m. por pasos montañosos durante 200 km. más  en medio de peligrosos precipicios.

La parte final del viaje abarcaría otros 500 km. por una meseta a más de 3.000 m. de altura. En esa meseta, Shackleton en su expedición de 1908, sufrió un temporal durante el cual la temperatura llegó superar los 40º C. bajo cero. La distancia total de la base de cabo Evans hasta el Polo Sur era de 1.450 km., de manera que, caminando a razón de 20 km. por día, el viaje de ida y vuelta debía durar cerca de cinco meses; se calculó que el regreso a cabo Evans se materializaría a principios de marzo.

Cuando partieron hacia la Gran Barrera llevaban con ellos todos los perros y ocho ponys. Dos días más tarde Scott con un grupo de perros volvió a la nave a través del hielo, a despedir al lugarteniente Pennell y su tripulación. Éstos, que regresaban a Nueva Zelanda, habían dejado a Campbell y sus cinco compañeros en algún lugar de la tierra de Eduardo VII, tal como estaba previsto. Tras regresar a la Barrera establecieron el campamento con los depósitos, pero a prudente distancia del borde para evitar cualquier peligro de rotura del hielo. Llamaron a este lugar Campamento seguro (Safety Camp), y fue desde aquí que se realizaron los preparativos para el empujón final al Polo Sur.

Las primeras dudas sobre la viabilidad de llevar caballos comenzaron al ver como éstos se hundían en la nieve blanda, que les obligaba a caminar con gran dificultad y alguno de ellos comenzaba a cojear. Se habían traído unos calzos de nieve para los animales, pero sólo tenían un juego en su poder. Se probó a atar a las patas de "Willie cansado" el par de que disponían y los resultados fueron excelentes, así que Meares y Wilson se pusieron de regreso a la base a recoger los restantes.

Cuando llegaron a la lengua del glaciar encontraron que el hielo a lo lejos se había roto, y no había camino para llegar a la base de cabo Evans. Ambos regresaron entonces a Campamento Seguro, y el 2 de febrero la expedición continuó adelante con provisiones para cinco semanas. Atrás quedaron dos hombres, Atkinson con una herida en el talón, y Crean para cuidarlo. Marchando en dirección oriental establecieron un depósito que se llamo Córner Camp, aquí sufrieron la primera ventisca que les confinó en las tiendas durante tres días. Desde aquí caminaron diez noches hacia el Sur a establecer su depósito final. Tres ponys empezaban a estar visiblemente debilitados.

Cuando se estableció el campamento nº 11 Scott decidió enviarles atrás para que empujaran con los demás, mientras él continuaría con sólo cinco. En los dos días siguientes las condiciones del tiempo empeoraron, la nieve se hizo pesada y el avance muy lento. El 17 de febrero Scott decidió regresar sin alcanzar el paralelo 80º como era su deseo. A 79º 28' Sur, a 142 millas del campamento base, construyeron una cabaña y depositaron más de una tonelada de reservas al que llamaron Campamento de la Tonelada.

Al cuarto día de retorno, a 12 millas del Campamento Seguro, Wilson y Meares vieron como los perros de Scott desaparecían uno tras otro de la blanca superficie, el trineo quedó colgado al borde de una grieta mientras los perros se balanceaban aullando y forcejeando sobre un abismo. Dos de los perros se soltaron de sus arneses y cayeron hasta un saliente. Wilson y Cherry-Garrad acudieron para auxiliar y arrastraron los perros hasta la superficie con gran dificultad. Abajo, a unos 65 pies, quedaban aun los otros dos perros gimoteando. Wilson no estaba de acuerdo en arriesgarse a bajar a por ellos, pero Scott insistió en descolgarse en la grieta, y balanceándose en el aire con su arnés consiguió alcanzar los perros y sacarlos fuera.

Al día siguiente llegaron al Campamento Seguro, donde les esperaban Teddy, Evans, Ford y Keohane, éstos informaron a Scott que sólo tres ponys sobrevivieron al retorno, los demás habían muerto de agotamiento. Después de comer algo y descansar unas horas continuaron camino al campamento base. Scott estaba deseoso de tener noticias de la expedición de Campbell en la tierra de Eduardo VII.

Cuando llegaron al campamento base lo encontraron vacío. Una nota en la pared decía que había una bolsa con correo del Terranova para el Capitán Scott, pero no encontraron la bolsa ni el correo. Regresaron entonces al Campamento Seguro, donde hallaron a Atkinson y Crean con el correo. Había noticias de Campbell que Scott se apresuró a leer. Según Campbell, el Terranova había navegado a lo largo de la Barrera de Hielo hasta la tierra de Eduardo VII, pero les fue imposible desembarcar. Cuando navegaban de regreso encontraron el 3 de enero, a la altura de la Bahía de las Ballenas, un barco anclado al hielo que reconocieron enseguida como el Fram de su competidor Amundsen. Curiosamente Campbell, Levick y Pennell desayunaron en el Fram, y Amundsen almorzó en el Terranova con otros dos compañeros. Amundsen ofreció dar algunos perros a Scott, y Pennell por su parte llevar el correo del Fram a Nueva Zelanda.

Cuando Amundsen se acercó al Terranova para almorzar, Raymond Priestly se sorprendió de como controlaba a sus perros. Al llegar al costado del buque dio un silbato y el grupo entero de perros se detuvo como uno solo; colocó el trineo en sentido inverso sobre sus huellas, y permanecieron allí sin moverse durante todo el tiempo que duró la comida. El adiestramiento de los perros era impresionante, Amundsen había prestado a los animales tanta atención como a sus hombres. Sobre el Fram habían construido una cubierta falsa para proteger a los perros durante las tormentas, y un toldo para los días de sol. La dieta por su parte era cuidadosamente equilibrada.

Cuando Scott leyó las noticias escribió: "No hay duda de que el proyecto de Amundsen es una amenaza muy seria para el nuestro". No solo los medios bien estructurados de Amundsen preocupaban a Scott, también el emplazamiento que había elegido para iniciar el ataque al Polo Sur. La Bahía de las Ballenas donde Amundsen estaba acampado, se encontraba 60 millas más cerca del Polo, que el estrecho de McMurdo donde se encontraba Scott.

Scott recibió las noticias sobre Amundsen de buenas maneras, pero muchos de sus compañeros estaban enojados y deseaban trasladarse inmediatamente a la Bahía de las Ballenas. Scott se había inquieto por el riesgo que suponía esa zona; gruesos hielos se rompían cada año de la placa y salían flotando libremente hacia el mar. Sin embargo, Amundsen se arriesgó al comprobar que la Bahía de las Ballenas que Ross trazara en 1841, seguía en su sitio cuando Borchgrevink desembarcó en ella en 1900, y cuando Shackleton la navegó en 1908. Finalmente Scott no consideró razonable modificar los planes.

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